Victoria de Milei en Argentina

David Pavón-Cuéllar

El capital dispone de potentes medios ideológicos para seducir y subyugar a sus víctimas. Uno de ellos es la retórica neofascista que acaba de confirmar su eficacia en el extremo sur de Nuestra América. Hoy el pueblo argentino se ha vuelto contra sí mismo al votar mayoritariamente por el ultraderechista Javier Milei.

Víctimas de la injusticia le han dado la victoria electoral a quien descarta «esa aberración lllamada justicia social». Necesitadxs han decidido ser gobernadxs por quien rechaza «la atrocidad que dice que donde hay una necesidad nace un derecho». Pobres han preferido a quien únicamente les ofrece, como solución para su pobreza, la venta de partes de su cuerpo en un libre mercado de órganos humanos.

Madres y padres han votado masivamente por quien propone la comercialización de niñxs mercantilizadxs y compradxs en adopción. Mujeres han dado su voto a quien promete eliminar el Ministerio de la Mujer y repudia el aborto al considerarlo «un asesinato agravado por el vínculo y por el diferencial de fuerzas».

Empleadxs y beneficiarixs de empresas públicas han votado por quien planea privatizarlas o desaparecerlas. Profesionistas formados en escuelas y universidades públicas gratuitas han dado el poder a quien suprimirá el financiamiento de la educación para canalizarlo a vouchers directamente entregados a las familias. Seres humanos dignos y conscientes han aceptado ser gobernados por quien les ofrece unir los ministerios de Salud, Educación, Trabajo y Desarrollo Social en un único «Ministerio de Capital Humano».

Hijxs y nietxs de quienes vivieron en la dictadura cívico-militar han elegido a quien pretende que no hubo lxs 30,000 desaparecidxs reconocidxs por familiares, instancias gubernamentales y organismos de derechos humanos. Adultxs no amnésicos de más de 40 años de edad le han dado el triunfo al mismo neoliberalismo corrupto y salvaje de siempre, el mismo de Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri, el mismo que solamente supo decepcionarlos, empobrecerlos, endeudarlos y degradarlos cada vez que llegó al poder.

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