El capital y su inteligencia artificial

David Pavón-Cuéllar

Hoy en día, con la extrema tecnologización del sistema capitalista neoliberal avanzado, tanto la inteligencia del trabajador como la del consumidor pueden ser consideradas artificiales por la forma en que son artificialmente configuradas por el sistema con sus algoritmos. Cuando falla la configuración, tenemos entonces distorsiones cognitivas que deben rectificarse mediante una efectiva terapia cognitivo-conductual. Es así como se reconfigura, en la esfera subjetiva, la inteligencia artificial del capital: una inteligencia que es del capital porque es el capital el que se despliega tanto en su forma tecnológica, en tanto que fracción constante del capital, como en su contenido ideológico, el de las informaciones y los datos, el del Big Data que no deja de retroalimentarse a sí mismo a través de las pautas de vida, trabajo y consumo, predeterminadas por el sistema capitalista.

Si la inteligencia artificial debe preocuparnos hoy en día, no es exactamente por ser algo de las máquinas gracias a lo cual pueden competir contra la humanidad. Es más bien porque dicha inteligencia artificial ha ido convirtiéndose en algo de la humanidad, algo que está constituyendo algorítmicamente la inteligencia humana, convirtiéndola en una prolongación del artificio inteligente del sistema capitalista. Lo preocupante es que la mente del capital, del peor enemigo de la humanidad, tenga una inteligencia artificial que va desalojando otras inteligencias como la poética-expresiva, la crítica-reflexiva o la ética-política, e imponiéndose en lugar de ellas como la inteligencia humana por antonomasia, una inteligencia exclusivamente perceptiva, retentiva y reactiva, estratégica y calculadora, capaz de asimilar, ordenar y combinar datos e informaciones, pero no de crear ni sufrir ni defender saberes y verdades.

La inteligencia artificial es cada vez más la única operante a través del procesamiento de información y las demás operaciones mentales consideradas por el modelo cognitivo-conductual: operaciones que luego, como era de esperarse, pueden simularse con los mismos programas computacionales que están en su origen. Si las computadoras procesan información como los seres humanos actuales, no es porque los humanos sean en sí mismos como las computadoras, sino porque la tecnología del sistema capitalista los reduce a la condición inhumana computacional de procesadores de los productos informacionales del sistema. La pantalla de la computadora es hoy en día el más poderoso de los espejos de la humanidad: la principal de las superficies especulares para la conformación imaginaria de la subjetividad.

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